07 mayo, 2010

¿Y tú, has cambiado el mundo este año?

¿Y tú, has cambiado el mundo este año? ¿Qué has hecho últimamente para cambiar las cosas?

La verdad es que parece fácil decirlo, pero es extremadamente difícil hacerlo. No se trata de cambiar por completo e irreversiblemente las cosas (a mejor, por favor), sino de ir moviendo de sitio pequeños granitos de arena, uno a uno, persona a persona, hasta que un buen día nos levantemos por la mañana y atónitos veamos cómo hemos conseguido trasladar de sitio toda la playa.

Quizá podría ser ese el sentido de la vida, mejorar las cosas para los que vendrán detrás, para conseguir que el futuro, simplemente, exista, pero... ¿merece la pena? Si los anteriores no se preocuparon por nosotros, ¿por qué íbamos a hacerlo ahora? No sé, puedes hacer mucho, de verdad, te doy unos ejemplos:

-Miles de personas en la Tierra mueren de hambre, de frío, de sed, de enfermedades ya curadas aquí.
-Miles de barreras arquitectónicas siguen complicando la vida a los discapacitados.
-Miles de políticos corruptos siguen campando a sus anchas.
-Miles de señales están mal colocadas en nuestras carreteras.
-Miles de tareas son completamente ineficientes a tu alrededor, y tú sabes cómo mejorarlas.
-Miles de personas no ven una sonrisa en todo el día, y tú sabes darlas.
-Quedan muchos grandes adelantos tecnológicos por inventar, muchas vidas que alargar.
-Quedan muchas injusticias que erradicar, muchos timos y abusos que podrías denunciar.
-Queda mundo por cambiar.

Sentado en tu sillón no mejorarás las cosas, y sentada en tu sillón tampoco, ni durmiendo en tu cama, ni paseando distraídamente, ni mirando al horizonte con ese semblante hastiado, ni callándote, ni mirando hacia otro lado. Así no cambias nada, así sólo otorgas, sólo aceptas tácitamente el orden establecido macabramente por algo que podríamos llamar "el devenir", o "el destino". No, eso no existe, el destino lo haces tú, el destino lo construyes tú, lo construimos tú y yo, lo construyen ellos con nuestra ayuda (e incluso ellas también).

Exacto, me has descubierto, esto es sólo una arenga vacía de contenido, es sólo palabrería, no es más que un discurso hueco. Esto sólo viene a recordarnos a todos que ahí fuera, que aquí dentro, que en este planeta hay muchas cosas por las que merece la pena luchar. Una de ellas es la sonrisa de un bebé, pero también la de una anciana, la de un maduro o la de una adolescente. Todos son personas, y todos sonreirían más si entre todos cambiamos las cosas. Siento ser utópico, siento irme con Yupi a sus mundos, siento ser como Antoñita la Fantástica, como Petete, como Ícaro incluso... Pero algo en mí me hace tener esa ilusión, esa esperanza por que todo sea mejor. En ti también lo hay, en vosotros, en ustedes.

¿Y si este año, por fin, cambiáramos el mundo? ¿Te atreves?

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