17 agosto, 2010

Los backups humanos

Hoy en día, más que nunca en toda la historia, la humanidad maneja cantidades de datos inimaginables. Datos en su mayoría en forma de ceros y unos codificados en un simple bit de ordenador. Todo o nada, 1 ó 0. En algunos casos se intenta cuantificar y se habla de que pronto un simple disco duro podría guardar toda la información generada por los seres humanos a lo largo de toda nuestra existencia (o limitando un poco más, a lo largo simplemente de toda nuestra historia).

Y pensando los pesimistas, a veces son de mucha ayuda: ¿qué pasaría si todo eso se perdiera de pronto?, no sé, una tormenta solar, una onda electromagnética rara surgida del fondo de la galaxia, un extraño virus come silicio, etc, etc... Pues que lo perderíamos todo, que no quedaría nada que no estuviese escrito en algún soporte físico como el papel o la piedra. Pesimista: ¿Y si también desaparecieran los soportes tipo papel? Pues bien, entonces sólo quedaría apenas nuestra memoria colectiva: el famoso, archidesconocido y a veces denostado "saber popular". No nos quedaría más información que la presente en los cerebros de los millones de personas vivas en la Tierra. Pesimista: ¿Y si al no poder grabar información en bits ni en papel, qué ocurriría al ir muriendo las personas que tuviesen en memoria cierta información?...

Pues entonces, no sabría qué decir. ¿Qué ocurre cuando muere el último hablante de cierta lengua amazónica?, ¿qué ocurre cuando muere el último mohicano?, ¿qué ocurre cuando muere el último druida?, ¿qué ocurre cuando muere el último conocedor del significado de la palabra "garrampón"?, ¿qué...? 

Exacto: todo ese conocimiento se pierde, se perdería, como cuando se nos rompe un disco duro donde tenemos documentos superimportantes. ¡Pero!, al igual que a veces hemos sido listos y hemos hecho una copia de seguridad por ejemplo en un par de DVD de nuestros datos, ¿no sería maravilloso poder hacer backups (copias de seguridad) humanos?

Sí, ya lo pienso y me resulta idílico, utópico, ideal y en ocasiones maquiavélico: se podría hacer una copia de seguridad de las mentes de personas que están cercanas a morir, y que al hacerlo, esa información pudiera ser recuperada de algún modo. Sería fantástico por ejemplo volver a acceder al cerebro que usó durante sus casi 90 años José Saramago. Ahora ya no podemos volver a hacerlo porque su cerebro dejó de ser regado por el elixir de vida que era su sangre, pero quizá si se le hubiera hecho un backup...

Y evidentemente ya no sólo a científicos (lo que valdría hoy por hoy hacerle una copia de seguridad a Stephen Hawking), pensadores (por favor, una copia de Savater o Lledó), escritores de renombre con mucho aún por decir, últimos supervivientes de una tribu milenaria, últimos ejercedores de cierta profesión o lo que sea, no; yo iría incluso más allá: no solamente son importantes los conocimientos que una persona tiene y puede expresar o ha expresado y publicado a lo largo de su vida, sino también todos los que jamás ha llegado a hacer públicos. Todo eso también iría en la copia de seguridad, así que podríamos conocer por ejemplo las hipótesis, las dudas, las teorías, las divagaciones o los simples secretos ocultos que esa persona no pudo sacar a la luz debido a su muerte. ¡Qué libros no habría escrito el maravilloso Delibes, qué guiones no habría llevado al cine Azcona, qué barbaridades conoceríamos si tirase de la manta este o aquel ex-jefe nazi...! Todo eso también hubiera llegado a nuestro conocimiento.

Y a escala más doméstica: ¡cuántas historias de juventud no llegó a contarnos el abuelo, cuántos secretos de ricos platos no llegó a explicarnos la tita, cuántos chismes se llevó a la tumba la vecina...! Señores, señoras, no piensen que esto es utópico, esto llegará, no sé cuándo, pero llegará. Aunque... ¿querría yo que a mi muerte todo el mundo pudiese acceder a la información no defectuosa de mi cerebro? ... Mmm...  ¡y por qué no, si para entonces ya no estaré aquí!, quizá eso pudiese servir para cambiar el mundo para mejor, así que ¡adelante!, si para entonces existen los backups humanos, yo dejaré que copien mi mente.

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