18 mayo, 2011

Otra vez elecciones

Otra vez elecciones. Como cada cuatro años, los alcaldes se apresuran a hacer todo lo que no quisieron hacer los primeros tres años, creyendo que los ciudadanos tienen un cociente intelectual irrisorio y como simples animales irracionales les votarán irremediable e incomprensiblemente. Como cada cuatro años, un grupo de amabilísimos señores se fotografían con gente a la que odian y de la que reniegan entre dientes, salen besando bebés, visitando enfermos, dándose la mano con cualquiera al que realmente desearían aplastar como a un bichejo y sonriendo mucho, sonriendo cínica y forzadamente para que se vea lo buenas personas que son, sí, esos que venderían a su abuela por un voto, que dejarían en la calle a sus propios conciudadanos por tal de enchufar a su sobrina, esos que despilfarrarían todo nuestro dinero por ir en primera clase o usar cochazos.

Como cada cuatro años, esos se sienten seguros, porque el sistema los apoya y les da cobijo. “Todo está atado y bien atado, esto es un simple bipartidismo que unas veces toca a uno y otras a otro, lo único que hay que hacer es coger todo lo que puedas a dos manos cuando te toque”. Sí, dicho por uno de estos señores, qué bonito está eso, y qué bonito estaría si un grupo de 100 exaltados entrara una noche en su casa y le pegara un mayúsculo susto, se cagaría en sus pantaloncillos de Calvin Klein, y llamaría aterrado a su seguridad, que como cualquier otro oprimido se habría unido al grupo de exaltados en contra de su patrón. Qué bonito estaría que nos fuéramos millones de jóvenes a la puerta de los que mandan, a reclamar trabajo y derechos que ya no tenemos, y a no irnos hasta que nos fuera reintegrados el futuro y la prosperidad que tuvieron nuestros padres, y que ahora no pertenecen más que a una vieja villa fronteriza llamada Utopía, cercana un par de kilómetros a otra aldea llamada Quimera. Ambas ya inalcanzables para nuestra generación, machacada por el mal del “Crecimiento a cualquier precio”.

¡Tranquilos, políticos, ese precio ya lo pagamos nosotros, desde el paro y la precariedad que tenemos y tendremos la mayoría durante toda nuestra vida!, eso si no nos vamos todos a Alemania y os dejamos con un par de narices, sin gente que pague vuestras altísimas pensiones ganadas con 7 años del sudor de vuestra frente nacarada, jamás sudada.



Pues sí, esto ha sido una perorata, un discurso, una chapa infumable, una pataleta. Qué menos se merecen estos señores. Yo, por mi parte, no valgo nada para ellos, no importo, no les sirvo. Yo no soy de ningún partido ni me caso con nadie. A mí me importan un pepino los colores, y no me vendo a las oscuras intenciones de ninguno. Por eso no valgo para nada y no se me escucha, como a muchos otros, cuando realmente somos los pocos que decidimos los cambios de gobierno en este país.

No entiendo a los que votan toda la vida al mismo partido. Diría que son tontos, directamente, salvo por varias opciones:

-Están afiliados a ese partido.
-Están enchufados por ese partido, o sus hijos, o sus familiares, o esperan estar enchufados porque se lo han prometido.
-Sólo existe un partido y se obliga a los ciudadanos a votar

Quizá haya alguna opción más, pero todo lo que se salga de ahí me parece una auténtica aberración, es vender tus principios a cambio de nada, a gente que no se los merece y que te venderían a ti si hiciera falta.
Yo, por mi parte, y ya termino, llevo votando desde 2003, y siempre he votado la opción que más creía que me beneficiaría a mí y a la mayoría, tras pensarlo bastante (es cierto que votar siempre al mismo te facilita no tener que volver a pensar nunca… mmm… ah, entonces creo que con lo de “tontos” me voy acercando). Por eso creo que, sin proponérmelo, es por lo que todavía nunca he votado al mismo partido que en las anteriores elecciones (y ya he votado alguna vez a PSOE, PP, PA, IU y UpyD).

Y de hecho creo que es lo más sano, y para eso están los días de reflexión por ejemplo, para pensar… cosa que cada vez menos hacen salvo por obviedades (ejemplo: votar al PP tras la megacorrupción de los 90, votar al PSOE tras la guerra de Irak o votar al PP tras la crisis galopante actual). En este caso son sólo municipales y autonómicas. ¡Hasta dentro de 4 años, políticos!, veremos quién nos desgobierna, roba, pone los cuernos y apalea hasta entonces… Y que viva la democracia.

PC: Este post lo escribí hace un par de semanas, y ahora curiosamente puedo decir que en parte se está cumpliendo lo de "millones de jóvenes a reclamar a la puerta de los que mandan". Aquí estamos, en Granada, Málaga, Madrid, Barcelona, etc... Caiga quien Caiga.

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