03 octubre, 2012

Civismo, incivismo

Inadaptados, incívicos, antisociales... Personas incapaces de mantenerse dentro del orden que otros han establecido para ellos, dentro de la cárcel moral que otros han preparado para que nadie saque los pies del tiesto, personas que no piensan como los demás, personas que tienen otros valores diferentes a los nuestros, a los buenos, o incluso nosotros mismos en ocasiones, que no compartimos cierta visión de "lo adecuado". Pueden ser tantas cosas... veamos algunos ejemplos. ¿Hacéis algunos de ellos? Yo seguro que sí, pero seguro que muchos me los perdonarán, y otros no. ¿Inadaptados, incívicos? Probablemente, pero personas al fin y al cabo, cada uno con sus fallos:

-Cruzar cuando el semáforo pone que quedan 2 segundos (no te va a dar tiempo y vas a obligar a los coches a que te esperen para arrancar). Ponte en el lugar de los demás.
-Dejar las magdalenas en la estantería de los detergentes, porque te has acordado que ya tenías (los trabajadores del súper se tendrán que dar ese trabajo extra). No me seas vaga.
-Tirar una colilla o un chicle al suelo (es sucio, contamina y obligará a un gasto extra al ayuntamiento). En tu casa no lo harías.
-Abrir rápido el ascensor y cerrar porque has visto a una persona abriendo la puerta de la calle y no quieres esperarte (obligas al ascensor a dar dos viajes y haces perder más tiempo al otro). Ponte en el lugar de los demás, y además sería tu buena acción del día.
-"Presionar" por detrás a una persona mayor que va andando con su marra, lenta, pausada e inseguramente (si se para en seco, te la comes y la tiras al suelo, y si se percata de tu prisa a lo mejor intenta aligerar, cae y se rompe la cadera). Ponte en su lugar, o simplemente piensa que podría ser tu abuelo, tu madre o quizá dentro de 40 años tú.
-No recoger el envoltorio de la pajita del zumo que se te ha caído mientras hacías senderismo, porque "da igual" (lo mismo que a ti te gusta admirar el bonito paisaje y las piñas y las ardillas, a los demás nos gusta, y nos asquea ver el envoltorio que has tirado). No me seas incívico.

Y como hoy no quiero aburrir, pues dejo a cada uno su imaginación y su propia conciencia para pensar cuáles de estas cosas y otras hacéis, hacemos mal, y qué podríamos cambiar o mejorar, y en qué podríamos contribuir para que los demás también lo hagan.

Lo dicho, dependerá de la cultura, del lugar, de la época del año, pero todos, todos podemos llegar a ser incívicos alguna vez. Así, que perdonemos a los demás y sepamos reconocer nuestros fallos también; pero entre todos, por favor, intentemos hacer este mundo cada día mejor.

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