07 septiembre, 2015

Azúcar o sustancia nociva, esa es la cuestión

Este es un problema que cada vez se complica más y más, por lo que es conveniente arrojar un poco de claridad al asunto (o "esclarecer", verbo que ha sustituido completamente a "aclarar", no sé exactamente por qué, de modo que ahora ya las mujeres incluso se "esclarecen el pelo"). A lo que iba: como todos ustedes saben, el azúcar está muy bueno y muy dulce, pero tiene un problema, y es que, diciéndolo de un modo parecido a como Grosso lo diría (por cierto, qué golazo metió en el Mundial de 2006 para meter a Italia en la final), el cuerpo convierte el exceso de azúcar directamente en grasa, con lo perjudicial que es eso para los michelines y lo beneficioso para los gimnasios.

Aparte, lógicamente sabemos todos el problema que tiene el azúcar para los diabéticos, que no pueden asimilarla bien, por lo que si queremos mantener dulces las cosas que comemos, habría que buscar una alternativa.

Así surge un montón de sustancias "milagrosas" que son sintetizadas en laboratorio, y que prometen no tener los perjuicios de tomar azucar "natural" (glucosa, fructosa, sacarosa) , principalmente ese exceso de calorías, aunque también que las bacterias de la boca la utilizan para dañar nuestros dientes, y ser incluso cientos de veces más dulces que el propio azúcar, lo que evidentemente parece un auténtico milagro. Estas sustancias van surgiendo a lo largo del siglo XX, y aun lo hacen hoy en día, siempre buscando ser lo más beneficiosas posible para el organismo y a la misma vez también dulcísimas, que es lo que nuestro paladar, que al final es el que manda, quiere.



Las más conocidas son la sacarina, el aspartamo, la sucralosa, el ciclamato o el acesulfamo potásico, pero hay otras más como el neotamo, la neohesperidina o la isomaltosa.

¿Cuál es el problema entonces? Pues que según cantidad de investigaciones, muchos de ellos, en cierta cantidad son tóxicos y causan problemas en nuestro organismo, problemas que son mucho mayores que los que tendríamos si tomáramos azúcar. De hecho, aunque muchos están hechos para evitar que tomemos el azúcar que nos engordará, al final, con su dulzor provocan una "confusión" en nuestro cerebro, porque al tomarlos pone en marcha automáticamente el proceso de asimilación del azúcar, azúcar que realmente no hemos ingerido, lo que no trae más que problemas...

Aquí surge una enorme controversia, ya que hay muchos países en los que todos o alguno de estos productos están completamente prohibidos, mientras que en otros se permite su comercialización. ¿En qué quedamos, son tóxicos para el ser humano, los tomamos, no los tomamos?

Por ejemplo el ciclamato fue prohibido en 1970 tras ser la causa de cáncer de vejiga en ratas, pero recientemente se está presionando para que vuelva a usarse, y ya más de 50 países lo utilizan, por ejemplo España, donde la Coca-Cola Zero lo lleva.

En cuanto a la sacarina, que es el más famoso de todos, y que proviene del siglo XIX, también provocó el mismo cáncer en ratas, por lo que en 1977 fue prohibida en Canadá, y casi en Estados Unidos. Al final ha seguido utilizándose, pero se sabe que es peligrosa en grandes dosis.

Respecto al aspartamo, también fue prohibido inicialmente tras causar cáncer en ratas, pero luego fue aprobado polémicamente (conflicto de intereses, típico primo del que manda que es director de una fábrica, etc...), y en la actualidad aún muchos piensan que debería prohibirse. Curiosamente, y digo de forma irónica "curiosamente", fue una patente comprada por Monsanto, sí, el demonio... El caso es que viendo que seguramente es el que más controles y estudios ha tenido y que aún es legal, quizá es el que más tranquilos nos debería dejar.

También la sucralosa, que es menos conocida por ser más reciente (la llevan por ejemplo la limonada y naranjada de Don Simón) y que en teoría se vende como "igual de natural que el azúcar", por provenir de sacarosa a la que se le añade cloro, tiene algo de malos comentarios, pero menos.

Finalmente, el acesulfamo K (o acesulfamo potásico) fue aprobado en los años 80, y quizá de todos es el que menos críticas ha tenido, seguramente porque es el que menos estudios ha recibido. Es el que lleva por ejemplo la Coca-Cola Zero.

En fin, yo no soy quién para decir a nadie que los tome o que no los tome, pero lo que sí es cierto es que todos y cada uno de ellos son productos de laboratorio, y que la mayoría en grandes dosis causa grandes trastornos a animales de laboratorio, sin demostrarse aún ninguna causalidad en humanos. Ojo, el propio azúcar en grandes cantidades también causa grandes trastornos, así que en esas estamos... ¿azúcar o sustancia nociva?, esa es la cuestión...

Yo, por mi parte casi prefiero evitar ese tipo de productos que milagrosamente saben "igual" que si llevaran azúcar, pero que no lo llevan; por no hablar de que la mayoría de estos edulcorantes no saben realmente igual que el azúcar, y obligan a los fabricantes a añadir otros compuestos o a mezclar unos con otros para intentar emular un sabor lo más parecido posible, eso, bueno tampoco debe de ser...

Para terminar, os aconsejo probar otros sustitutos del azúcar más saludables, como la ahora muy de moda Stevia, miel, jarabe de arce, xilitol, o muchos otros edulcorantes no refinados todas con un índice glucémico más bajo que el azúcar, y que en cierta manera igualmente "engañan" a nuestro cuerpo, pero al menos sin llegar a ser tan de laboratorio como los otros. En fin, tomad y comed cada uno lo que queráis, pero al menos sabed qué pone la etiqueta, miradlo y luego decidid, eso es lo mínimo...

No hay comentarios: