30 septiembre, 2016

Increíble, hemos colocado una sonda en un cometa

Chicos, chicas, enhorabuena a todos, unos pequeños y tontos seres de dos patas que pululan por ese precioso planeta azul que se ve a lo lejos han sido capaces de lanzar una sonda al espacio y a saber cómo, conseguir que se acabe posando en un cometa de 4000 kilómetros de diámetro... simplemente alucinante.



Y es que somos así, tan insignificantes pero a la vez tan hermosos y tan capaces, tan capaces de lo mejor y de lo peor, tan capaces de trabajar todos juntos, individuos de muchas razas, países, lenguas, edades y procedencias, unidos para lograr lo impredecible, lo impensable, juntando sus fuerzas para crear algo tan bonito, tan irreal, tan utópico, tan sorprendente. A la vez, por supuesto capaces de lo peor, de utilizar el mayor invento de la historia para acabar con nosotros, para matarnos entre hermanos, para destruir nuestra civilización, cosa que nadie quería, por un puñado de dólares... A la vez, tan maravillosos y tan ruines, a la vez tan útiles y tan prescindibles, a la vez un auténtico milagro universal y un cáncer que amenaza a nuestro propio planeta y quizá en un futuro también sistema solar, quién sabe.

Pues sí, esta mañana la sonda Rossetta se posó/chocó en el cometa 67P (vaya nombre), lugar inhóspito que viaja a gran velocidad por nuestro Universo, que contiene hielo en su interior y en cuya composición se han encontrado algunos aminoácidos cruciales para explicar el surgimiento de vida en la Tierra, y donde ya hace 2 años había aterrizado el robot Philae. Han sido 15 años de investigaciones gracias a la información mandada por la sonda, y un duro trabajo realizado por la Agencia Espacial Europea (la ESA, que no es un nombre inventado, ya que la AQUELLA o la OTRA no existen), toda una demostración de que los europeos si queremos, podemos trabajar juntos y estar al nivel de cualquiera, ya sea la americana NASA o la Roscosmos rusa.


 Detalles de la sonda Rossetta


Hoy se ha dado un pasito más, insignificante ante todo lo que nos espera, pero quién iba a decirnos hace un par de siglos que miraríamos hacia las estrellas y lanzaríamos un pequeño cacharrito que se posaría en una de ellas tras hacer fotos con una cámara de 4 megapíxeles... simplemente alucinante, increíble, desternillante incluso... pero sí, lo hemos hecho.

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