08 enero, 2017

Papá Noel, los Reyes Magos, Ratón Pérez y Rita la Cantaora

El otro día comentaba al final de un artículo la noticia del despido de un director de conciertos para niños por haber comentado al final del mismo que "Santa Claus no existe" (cuando todo el mundo sabe que el que sí existe es Papanuel).

Eso nos lleva a una curiosa discusión sobre si es realmente ético engañar a la gente con historias que no son reales, pese a causar una gran ilusión, a hacerles vivir en un mundo de esperanza o alegrarles una época concreta como la Navidad... Ahí entrarían muchísimos seres vivos, imaginarios o históricos, reales o que la gente cree que lo son, o irreales o que la gente no cree en ellos. Así encontramos a Jesús, a Papa Noel, el Olentzero, el Cid Campeador, las Caras de Belmez, Rita la Cantaora, el Ratoncito Pérez, Yahvé, Alá, Buda, Vishnú, el Abominable Hombre de las Nieves, el Triceratops, los Padres, Curro Jiménez, los billetes de 500 euros o los mismísimos Reyes Magos de Oriente, que como todos sabemos recorrieron toda Europa desde Holanda para regalar juguetes a todos los niños de España y colonias y ropa a los mayores de 15, en general a gusto de todos según la carta escrita.



Entonces, ¿es lógico que una persona atea regale cosas a sus niños haciéndose pasar por los Reyes Magos, mintiéndoles claramente, cuando a la misma vez va diciendo por ahí que Dios no existe y que los que creen en él son papanatas?  Pues no, lo que esa persona debería hacer es seguir siendo racional y posmoderno y decir la verdad a sus niños desde la cuna, faltaría más.

Entonces, ¿es lógico que alguien que cree en los Reyes Magos también crea en las Caras de Belmez, Vishnú o el Ratoncito Pérez? Pues sí, lógico y normal.

¿Y bien? Pues bueno, ya está, sólo quería poner las cartas sobre la mesa. Yo creo que la ilusión existe, y mientras haya ilusión y haya esperanza, el Ratoncito Pérez no morirá, como tampoco lo harán los Reyes Magos y Papa Noel (bueno, los Reyes Magos sí tienen los días contados ante la ola de anti-catolicismo imperante al menos en España, que está desvirtuando el laicismo en sí mismo, y que amenaza con crear un imperio de lo políticamente correcto, y de la tontería buenista, cómo no, heredada de cierta corriente socialo-feminista que comenzó hace no mucho por aquí.

Total, que si los niños quieren creer, pues que crean, ¿para quién si no está hecha la Navidad actual? Ellos son los protagonistas, y de hecho, pensémoslo así, si no existieran los Reyes ni Papá Noel, ellos seguirían recibiendo regalos en estas u otras fechas, ¿para qué inventar nada?... Pues sí, pero quién se puede resistir a ese hombretón bonachón que dice jou jou jou, a los 3 jinetes orientales que viajan en camellos, a ese ratoncito de la familia de los Pérez, o incluso al Yeti... si no existieran, habría que inventarlos, ¡claro que sí!

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